Joan Ponç

Del 3 de abril - 19 de julio de 2014

Biografía

© Toni Vidal

La Cronología autobiográfica de Joan Ponç, publicada por primera vez en 1972, constituye el mejor guión a seguir para entender su vida y su obra, para intentar descubrir el destino de este artista solitario.

Joan Ponç nació en Barcelona en 1927. Es el primero de los cuatro hijos de Gurmersindo Pons y Dolores Bonet. Estudió en las Escuelas Pías de Barcelona e internó, entre 1940 y1942, en el colegio salesiano San Antonio de Padua, donde descubrió el interés por la pintura al ver una reproducción de El entierro del Conde Orgaz, de El Greco. A partir de 1943 comenzó su formación artística en el taller de Ramón Rogent, un pintor por quien sintió una gran admiración, que le enseñaría «cosas tan importantes como es mantener la paleta y los pinceles limpios y mezclar los colores con nitidez».

En los años cuarenta, se mueve por las tertulias artísticas de Barcelona y entra en contacto con los poetas J. V. Foix, Joan Brossa, el crítico y filósofo Arnau Puig y el tipógrafo Enric Tormo. En 1946 realiza su primera exposición individual en la Sala Arte de Bilbao. La muestra resultó un auténtico fracaso porque, según explicó el artista, «los trabajos expuestos asustan al público, que me mira como si fuese un pequeño monstruo». Ese año funda, junto a Francesc Boadella, Joan Brossa, Jordi Mercader, Arnau Puig y Enric Tormo, la revista Algol, considerada el fermento de Dau al Set, ya que algunos de sus miembros crearon esta revista dos años después y fundaron el grupo homónimo.

A finales de la década, visita el taller de Joan Miró y, junto a Arnau Puig y Enric Tormo, viaja por España. Su visita al Museo del Prado supuso no sólo el descubrimiento de los maestros del Renacimiento y su dominio del oficio, sino que además sintió una gran atracción por la fuerza visionaria de Goya. A partir de entonces, Joan Ponç comienza a practicar la figuración magicista que persistirá en su obra durante toda su vida.

Después de finalizar el servicio militar en 1950, comienza a crear con total libertad obras maestras de gran riqueza poética y visual y se suceden las exposiciones. Participa en el VII Salón de los Once, una intervención de la que Ponç guardó un recuerdo muy especial,  pues tuvo la oportunidad de ver su obra colgada al lado de la de artistas consolidados como Joan Miró, Salvador Dalí y Joaquín Torres García. Expone en el local Club 49, Sala Caralt, Galerías Layetanas. El balance que Ponç hace de esta última muestra es desolador: «Incomprensión total por parte del público, la crítica y, aún más triste, los amigos. Estoy lo que se dice muy solo. Durante la exposición me destruyen algunos trabajos. Los pintores tradicionales hallan la pintura demasiado atrevida. Los modernos, que empiezan a surgir como setas (venenosas), demasiado clásica».

En 1953, tras una breve estancia es París, decide trasladarse a Brasil un destino que, durante un tiempo, identificó con el Paraíso, «el descubrimiento de este país ha sido como una explosión de libertad en el centro de mi espíritu». Pronto expone en el Museu de Arte Moderna de São Paulo, volviéndolo a hacer en el mismo lugar dos años después.

En 1957, Ponç funda la escuela de Dibujo y Pintura L´Espai en São Paulo. El artista encontrará en la enseñanza el medio más adecuado para mantener su libertad creadora, al margen de marchantes y galerías. Con el paso del tiempo, su existencia se vuelve algo complicada y muy misteriosa. En su Autobiografía señala que sus «experiencias mágicas se intensifican de tal forma que mi conducta, considerada peligrosamente incoherente, da lugar a que me encierren en un manicomio, donde amanezco en una celda acolchada». Durante los nueve años que estuvo alejado de Cataluña aumentó en España el desconcierto sobre su figura, por lo que algunos críticos pensaron que había abandonado la pintura. En octubre de 1962, enfermo, regresa a Barcelona y se retira durante algún tiempo en el Bruc. Una exposición en la galería René Metras, donde exhibió el trabajo realizado antes de su viaje a Brasil, marca su reaparición en el circuito artístico catalán.

En 1965, participa en la VIII Bienal de São Paulo y obtiene el Gran Premio Internacional de Dibujo. Al año siguiente, se instala temporalmente en Cadaqués e inicia una itinerancia vital que lo llevará a residir en distintas poblaciones del Pirineo, al que el pintor denominará «el kilómetro cero del universo».

En los años setenta, aparecen las monografías: Universo y Magia de Joan Ponç, de Mordechai Omer y Joan Ponç, de José Corredor-Matheos. En esta época, Ponç aborda numerosos proyectos editoriales: realiza un álbum de 22 aguafuertes para la carpeta La pell de la pell, con texto del poeta J. V. Foix, ilustra los libros Ojos, círculos, búhos de Luis Goytisolo, La exploración de la sombra de Joan Fuster, 97 notas sobre ficciones poncianas de J. V. Foix y Devoraciones de Luis Goytisolo.

En 1978, el Musée de la Ville de París organiza una muestra individual. Paralelamente, Ponç expone en las galerías Dau al Set, Eude y Joan Prats de Barcelona y Biosca de Madrid. A raíz de esta proyección sin precedentes, Ponç declaró que era “un pintor maldito que había superado su maldición”.

Al final de su carrera, empeora su estado de salud a causa de la diabetes. A las dificultades de visión, que sufría desde mediados de los años setenta, se añade un problema de riñón y debe someterse a diálisis, reduciendo su actividad. Destaca, en 1984, la exposición en la Fundació Caixa de Pensions de Barcelona donde se exhibieron las Cajas secretas, acuarelas y dibujos de pequeño formato sobre papel, que el artista realizó durante su estancia en diversos hospitales.

El día 5 de enero de 1984, Ponç se somete a un trasplante de riñón pero fallece, el día 4 de abril, a consecuencia de un paro cardíaco.
En el año 2007 se crea la Associació Joan Ponç en Barcelona con el objetivo de recuperar la figura del pintor catalán.

Organiza

Fundación Cristino de Vera - Espacio Cultural CajaCanarias

Lugar

San Agustín 18. CP 38201
San Cristóbal de La Laguna
S/C Tenerife