Organiza

Fundación Cristino de Vera - Espacio Cultural CajaCanarias

Lugar

C/ San Agustín, 18. C.P. 38201
San Cristóbal de La Laguna
Santa Cruz de Tenerife

Presentación

Lola MassieuLa pintura de Lola Massieu (Gran Canaria, 1921-2007) surge de la inquietud. Como menciona Pedro González, de ese impulso previo que origina el inicio de la búsqueda plástica. Esa primera exhalación surge en lo más profundo de su organismo y se va depurando a medida que traspasa lo corpóreo y se plasma en el vacío del soporte. Allí la examina y ordena, tratando el caos por capas, velándola, matizándola, dando forma irreconocible a lo que no se puede formular con palabras.

Su formación académica procede de su tío Nicolás Massieu y Matos, y su pintura parte de los géneros clásicos: naturaleza muerta, retrato y paisaje. Lola Massieu abstrae los fondos, depura el objeto y, renunciando a referencias figurativas, alcanza una abstracción en sintonía constructivista.

Son sus series de los años sesenta, momento de conexión con la segunda oleada de expresionistas abstractos americanos y la corriente informalista europea y española. Son los años de definición de su lenguaje plástico, que Eduardo Westerdahl conecta con la pintura de Nicolas de Staël o Rothko.

En los setenta, sus pinturas se desgarran a base de resina, óleo y decalcomanía surrealista que sugieren espacios inquietantes, desolados e inciertos. Durante las siguientes décadas, conviven las formas geométricas de grueso trazo con el dripping (goteo). Es la época de las grandes series como Un mundo en descomposición, que evidencian una postura más activa y de denuncia con respecto a una sociedad que manifiesta escasos valores.

El desarrollo de su trabajo se extiende durante más de medio siglo de creación y experimentación en el ámbito de la abstracción pictórica, sin dejar de evolucionar en su espacio creativo e investigando con nuevos materiales y técnicas: betunes, pan de oro, decalcomanía, raspados.

Pionera, rebelde, mujer vitalista. Abstracta sin precedentes y fiel a su compromiso con la pintura; Lola construye un espacio libre de las valoraciones dominantes en su época, socialmente opresivas para una mujer de su clase, eligiendo además el camino de la pintura no-representativa, su propia poética, lo que la sitúa como una de las artistas imprescindibles del siglo XX en las Islas Canarias.

Paralelamente a su proceso creativo, se convierte en una gran activista del arte, participando en la formación de grupos artísticos como Espacio y Espiral, y colaborando con otros. Fue profesora de artistas, gestora cultural, artesana, decoradora y restauradora. También defensora de la igualdad de la mujer en un complejo contexto personal y social. Su actitud invalida los estereotipos existentes hasta entonces sobre las mujeres artistas que ya en los años sesenta van adquiriendo visibilidad en el escenario artístico.

A lo largo de su vida, mantuvo el difícil equilibrio entre pasión y reflexión, arriesgándose siempre. Vivió y creó de manera generosa. Recibió premios y reconocimientos, también silencio. Diez años después de su fallecimiento confirmamos la permanencia de sus cuadros: colores templados, formas contenidas, cálidas materias, construcciones pasionales que desbordan los límites del soporte pictórico.

Mari Carmen Rodríguez
Comisaria