Septiembre - Octubre 2014
INTRODUCCIÓN
Tras la estabilidad política alcanzada en 1987, el crecimiento económico de la República de Corea del Sur en los últimos años ha sido imparable. El afán de este país, que cuenta con aproximadamente 40 millones de habitantes, por darse a conocer internacionalmente ha suscitado un creciente interés hacia la enorme riqueza de su cultura. Entre las nuevas y numerosas voces que han logrado dar a conocer su discurso al mundo fuera de sus fronteras, se encuentra la poderosa industria cinematográfica. Este incremento, tanto en la cantidad como en la calidad de sus producciones cinematográficas, se debe no sólo a la demanda del público local: las inversiones de la empresa privada, la formación de nuevos talentos en la dirección cinematográfica y la visión y apoyo institucionales han sido la clave para su gran impulso global.
En 1996 se crea el Festival de Cine de Pusan (el más importante de Asia) y en 1999 la Korean Film Commission, cuyo cometido radica en proteger y ayudar a la producción de filmografía coreana, así como a fomentar su conocimiento en el exterior.
La nueva cinematografía coreana se ha convertido en la avanzadilla de un cine asiático que ha atraído la ávida mirada de la crítica occidental en los últimos años gracias a su innovador lenguaje. A través de las obras de sus realizadores, el espectador puede observar las contradicciones de un país que, como la mayoría de las sociedades asiáticas, se encuentra inmerso en un incesante proceso de búsqueda de una nueva identidad. Su acelerada modernización les enfrenta a la extinción o transformación de tradiciones y costumbres milenarias, algo que aparece constantemente reflejado en las producciones de sus cineastas.
En un vertiginoso recorrido por géneros como el romance juvenil, el thriller, el terror –expuestos en su mayoría con un erotismo desconcertante–, la obstinación del sufrimiento, la paradoja espiritual e, incluso, su particular descripción literal y cínica de los horrores que tuvieron lugar en algunos acontecimientos de la historia de Corea, el cine de este país constituye una nueva propuesta estética y vital, que aporta al más que asfixiante panorama cinematográfico mundial un refrescante y vigoroso hálito, envuelto en una descarnada realidad o en los más inquietantes sueños.
Organiza
Fundación Cristino de Vera - Espacio Cultural CajaCanarias
Colabora
Centro Cultural Coreano de España
Lugar
San Agustín 18. CP 38201
San Cristóbal de La Laguna
S/C Tenerife
